Gagesco, así es como podríamos definir a Mayo del 2011, y no se diga en México, donde además del lanzamiento del video clip Judas, las canciones The Edge Of Glory y Hair, así como el álbum Born This Way en sus dos ediciones, nuestro país además tuvo la presencia de la Mother Monster los días 3, 5 y 6 de Mayo cerrando el Monster Ball Tour con tres conciertos que para muchos han sido el mejor espectáculo que han visto, al grado incluso de que quien simplemente asistía por el acontecimiento de ver a una artista internacional, salió convertido en un little monster; adicionalmente, Lady Gaga tuvo el detalle de estrenar su canción Americano en dichos conciertos ¿así o más Monster May?
Gaga-style y la herencia incómoda.
Extravagancia retorcida, es lo primero que podría venir a mi mente al escuchar el nombre del personaje Lady Gaga. Nadie puede negar que antes que por su música conocimos a la Gaga por su llamativa persona, incluyendo ésta atuendos, lenguaje, y no se diga performances que todavía hoy dan de qué hablar, escandalizando a unos, sorprendiendo a otros, asustándolos, pero eso sí dando de qué hablar; como pronunciara Oscar Wilde “que hablen de mí, bien o mal, pero que hablen” Su primer disco The Fame nos dejó entrever a una intérprete que probablemente no se diferenciaba mucho de lo que en ese entonces (y tal vez todavía) circulaba por la industria musical, en especial el Pop. Conforme Lady Gaga prosiguió su carrera inmediatamente se noto una influencia (copia, dicen algunos) muy clara: Lady Gaga es digna hija de la Realeza del Pop: El Rey Michael Jackson y La Reina Madonna. Y como lo hacen las hijas, su Madre es el modelo a seguir. Muchas cosas en Gaga nos recuerdan a Madonna; acordes musicales, vestuarios, combinaciones, performances. Y cómo no hacerlo, si Lady Gaga se ha declarado en muchas ocasiones y de manera abierta devota admiradora de la Reina, en efecto, si mi memoria no me traiciona, ha también expresado su deseo de ser su sucesora, lo cual representó una insolencia para muchos fans de la chica material; yo sólo digo ¿qué tiene de malo tener un ídolo en la vida y querer ser cómo él? ¿nadie quiso en algún momento de su vida ser Bruce Wayne o Frida Kalho?
“¿Sí es cierto que está más loca que Madonna?”.
Cualquiera podría ahora decir que para alcanzar un objetivo así no se trata de copiar el modelo a seguir, sino reinventarlo hasta crear tu propio estilo, y ¿no es eso lo que ha hecho Gaga? Que me perdonen muchos, parte de que Lady Gaga funcione se debe a una sencilla razón: los fans y seguidores, muchos de ellos chavos entre los 14 y 25 años, se sienten más cercanos en identidad a alguien que a lo mucho les lleva 10 años, que a alguien que mínimo les lleva casi 30. Y que conste que no le estoy diciendo vieja a la Señora Madonna (a mi edad quisiera hacer lo que ella hace a la suya), de hecho, creo que la Reina todavía tiene mucha cuerda para mucho rato más con la cual nos dará sorpresas que refrescarán al público lo que significa el nombre de Madonna.
Ah… y les recuerdo: para mí los únicos autorizados para emitir una opinión con un grado de validez sobre la relación Gaga – Madonna son aquellos fans de ésta última cuyas edades rondan los 40 años, sólo ellos vivieron (nadie se los contó) el tiempo y modos que arman el contexto en que aquella chica que comía palomitas de maíz rancias en la basura de los cines se convirtió en la Reina del Pop.
Títulos nobiliarios.
A propósito…
Reyna: Madonna.
Princesa: Britney Spears.
Lady: Gaga.
Así de simple, así de sencillo. Ni la Academia Nacional de la Grabación (responsable de los premios Grammy), o la cadena de televisión MTV se han ocupado (y mucho menos preocupado) por modificar este esquema ¿porqué entonces los seguidores, de las tres (pero más de las dos últimas) desgastan sus vidas en determinar posiciones que ni a ellas les quitan el sueño? Aunque Madonna tuvo la amabilidad de declarar que Lady Gaga es ahora la princesa del Pop, eso no cambia nada.
Dogmas de Fe: La Guerra Santa.
Muy frecuentemente he sido testigo de la que pareciera irreconciliable relación entre G-fans y B-fans. Fácil es observar los comentarios en vídeos de YouTube o reseñas en iTunes sobre algún trabajo de Britney o Lady Gaga, y darse cuenta de que muchos de ellos son insultos de unos a otros, pocos son argumentos, y muy pocos, argumentos válidos.
“Antes Lady Gaga era mejor” he oído pronunciar a más de un B-fan, ¿antes cuándo? ¿antes cuando Lady Gaga podía confundirse con una Duff, Lohan, Ke$hia, Rihana o Hilton? ¿cuando no representaba (¿según quién?) una amenaza para la carrera de Britney Spears? Me queda claro que hay una oclusión en los B-fans; absolutamente todo lo que hace Britney Spears es bueno, excelente, revolucionario, novedoso, original, exitoso (aunque ella no meta ni las manos en su creación), así… como si de un Dogma de Fe se tratase, y entonces quien se atreve a cuestionar un Dogma de Fe merece ser perseguido, denigrado, difamado hasta rebajarlo al máximo por su sacrilegio. Me sorprende que a los B-fans se les haya olvidado que también ellos fueron marginados por los fans añejos de Madonna y Cristina Aguilera en su debido tiempo.
Desde actos risibles como dejar de bailar y taparse los oídos en el Antro cuando aparece una canción de Lady Gaga, si se trata de un B-fan, o de Britney Spears, si se trata de un G-fan, hasta, literalmente, verdaderas guerras en las redes sociales queriendo demostrar no se qué cosa que pudiera valer la pena tanta inversión de tiempo y energías. Mi admiración para aquellos autodenominados Gagaspears que tienen claro que Britney Spears y Lady Gaga son dos figuras del espectáculo, cada una dedicada a lo suyo, cada una con su propio estilo, carrera, éxitos y personalidades que las hacen únicas, teniendo sólo en común que ninguna de las dos es rubia natural; las siguen por igual, y no les importan ni les ocupan esas muestras de verdadera inmadurez.
…lo realmente grave.
Eso, justo eso, la inmadurez reflejada en los intentos de argumentar una confrontación y llevar a cabo cualquier cantidad de menosprecio y discriminación por un simple gusto musical (así se trate de Shakira, Silvio Rodríguez, Anahí, o Wisin y Yandel). Independientemente de que cada uno decida hasta dónde se involucra ¿Qué va a pasar cuando esos jóvenes tengan que decidir por el futuro de su país? ¿bailarán hasta que el mundo se acabe? Para mí no es trivial la atención y preocupación por esta situación.
Dios perdona, el tiempo no.
Un tema que sobre sale en estas infructuosas discusiones sobre las posiciones de la realeza del Pop son los motivos que las hacen meritorias para cada una de las ocupantes; que si Madonna tiene 3 décadas, que si Britney consiguió en menos tiempo lo que Madonna, que si Gaga lo hace todavía más rápido, que si una le copa a la otra, que si la otra se quiere parecer a la una, en fin. Lo cierto que las tres son (o pudieran ser) víctimas del tiempo, es decir, si Britney Spears hubiese aparecido primero entonces Gaga y Madonna serían las copiadoras, lo mismo si Gaga estuviera en el puesto de Madonna. Lo cierto que es que dentro de 50 años probablemente ya nadie se acuerde de Britney o Gaga, y dentro de 100 quizás ni de Madonna. El Rey ya está musicalmente junto a Mozart o Betoween, dicen los que saben y lo afirmo yo. Los Grandes ya pasaron a la historia con la originalidad y revolución de sus trabajos; los de ahora tal vez viven la injusticia del tiempo; lo que hacen parecieran copias de lo que antes se escuchó.
El “yo” y el “nosotros”.
Se dice que en el Arte, a diferencia de la Ciencia, se puede hablar en primera persona. Sólo Miguel Ángel pudo concebir el mural de la Capilla Sixtina, sólo Loyd Webber pudo crear El Fantasma de la Ópera, sólo Burton sumergirnos en el mundo de la oscuridad, etc. En cambio, si Darwin no hubiese llegado a la Teoría de la Evolución, Wallace de todas formas venía detrás, si Watson y Crick no hubiesen propuesto el modelo de la doble hélice del DNA, quizá Pauling lo habría conseguido; en Arte es el “yo”, en Ciencia el “nosotros”. Sin embargo, es claro que el mundo de la música hoy se mueve en un mundo de compositores, productores, arreglistas, mezcladores, etc., y que para ser un artista completo se requeriría dominar estas herramientas, cada una requiriendo ciertas habilidades y aptitudes que dudo mucho exista tal ser entre lo que ahora se oye con cierto éxito. Es bien sabido que …Baby one more time les fue ofrecido a los Backstreet Boys, que Toxic a Kylie, y que tal vez Oops!... I did it again pudo haber sonado como It’s My Life (por mencionar cualquier canción, incluso del mismo artista), ante este escenario y forma de manejar la industria discográfica, la búsqueda de originalidad se complica.
Causas sociales y la delgada (pero clara) línea del marketing.
“Lady Gaga apoya a los gays sólo por marketing”, “habla de la migración para buscar promoción” ¿boletos para 3 conciertos (140 mil localidades) vendidos en 2 días reflejan que la artista está necesitadísima de promoción? Seamos sensatos, no confundir la gimnasia con la magnesia. Marketing es lanzar una canción que emplea símbolos religiosos para hacer metáfora en plena celebración Cristiana (OJO la canción no se refiere a ningún pasaje bíblico, si a alguien no le queda clara contácteme y se la explico), marketing es lanzar a la venta anticipadamente 5 canciones que de todas formas están incluidas en el álbum, marketing es hacer dos ediciones de un mismo álbum e impedir la compra electrónica sólo de las canciones bonus, marketing es generar expectativa. Eso es marketing, y no lo es tocar temas como la tolerancia a la Diversidad Sexual o los atropellos a los migrantes, tópicos que de antemano provocan una reacción negativa entre los estadounidenses, sociedad que todavía se niega a enseñar la Teoría de la Evolución en sus escuelas y cuyos representantes en el Congreso admiten que si no se han aprobado las reformas propuestas por el Presidente no es porque éstas representen un riesgo para la Nación, sino porque el Presidente es de color. Los contenidos de las canciones (en teoría) son responsabilidad del artista, la promoción… de los promotores. Y me atrevería a decir que el mayor porcentaje de ganancias por un CD no se lo lleva el artista.
Dicho sea de paso, Lady Gaga destina la totalidad de la venta de su perfume a la lucha contra el VIH, y recientemente rompió relación comercial con la empresa Target pues ésta apoya económicamente campañas homofóbicas.
Definición.
Seguidor de ambas, fan de ninguna, así se declara su Servidor frente a Britney Spears y Lady Gaga, Madonna un respeto, pero es otra época; acudí al concierto de Lady Gaga y lo mismo haría si el Señor Slim deja entrar a México de nuevo a Britney Spears, tengo todos los discos y DVDs de Britney, y no puedo decir que mi colección de Lady Gaga sea presumible.
Para mí, Britney Spears significó mucho en mi adolescencia, el disco In The Zone fue una clara muestra de evolución favorable en su carrera (mismo que le valió el único premio Grammy que ha ganado), pero algo pasó, el destino, una mala jugada de la vida la llevaron a caer en las drogas y casi perder a sus hijos, cuando volvió con Blackout fue clara la desesperación de recuperar una carrera, no de ella, sino de la gente detrás de ella, porque hay cosas que me hacen pensar que Britney Spears preferiría disfrutar de su cuantiosa fortuna con sus hijos en lugar de seguir manteniendo a la gente que la rodea con su trabajo. Circus tuvo una ligera mejoría, Britney volvía a escribir, a involucrarse en lo que hacía, pero llegó Femme Fatale, definido por los propios B-fans como Blackout 2 y ahí lo hizo de nuevo… dejó de involucrarse en su carrera, no hay una sola canción donde figure por lo menos como co-autora, está cantando algo que ella no siente, algo que le han impuesto; pegajoso, exitoso, padre si así se quiere ver, pero plástico al fin y al cabo; y su cara bonita ayuda mucho en este mundo guiado por la apariencia física, probablemente también ayude una dulce voz bien manipulada por la tecnología (pónganla a cantar en vivo y entenderán lo que les digo). Puedo decir que mi vida ha alcanzado cierta madurez en la que cada vez son menos admisibles mensajes como “Si te dijera que deseo tu cuerpo ahora ¿Lo pondrías junto a mí?” o “mantente bailando, hasta que el mundo se acabe” a mí no me transmite nada, suena padre, es divertido, ideal para el antro (para la vida en el antro) mas no deja de ser un pop artificial, plástico, que abusa de sonidos y efectos digitales, y que transmite superficialidad y banalidad en sus letras, claramente eso ya no me va. Me harté de escucharla coger en sus canciones, de los susurros, gemidos, y demás sonidos copulares que viene manejado 7 años atrás.
Curioso fue mi retorno a un género musical que había abandonado 6 años atrás, yo mismo me extrañaba de mi creciente gusto por Lady Gaga. The Fame es un disco que en ritmos pudiera ser bueno, no así en letras, la mayoría son temas superficiales, un par de ellas quizás descienden un poco sin tocar la profundidad, dinero, alcohol, sexo, fama; y no me estoy contradiciendo. The Fame Monster definitivamente otro nivel en sonidos y letras, es una lástima que Gaga no haya cantado Speechless y So Happy I Could Die en México, a ésta última creo que cada vez que la oigo le descubro un sentido nuevo y me gusta más. Con lo poco que he oído (en veces) de Born This Way he notado que hay 4 o 5 canciones muy similares en ritmos, pero las letras son lo que hace aumentar la calidad del trabajo; unas sencillas, otras más rebuscadas, pero todotas transmiten algo con lo que uno pudiera sentirse identificado en temas de amor, la valentía, o el ser uno mismo como ha definido la Madre Monstruo a su último álbum, quien claramente es ella misma en su trabajo aunque le costase muchas críticas negativas; por cierto, se nota que Lady Gaga posee una cultura bastante amplia en literatura, política, arte, etc., en las figuras que aparecen en sus canciones. El toque retro 80-90 que a muchos desagrada a mí me viene muy bien, y aunque posiblemente la música vaya hacia un pop que abusa cada vez más de la tecnología, me agrada que alguien con tal grado de fama no siga firmemente esa corriente teniendo los medios, y no digo que definitivamente no lo haga. Eso sí, la Señora tiene una vocezota!
Cuando supe las raíces itálicas de Lady Gaga entonces todo agarró forma, encajaron ciertas piezas y ahora se que las dos escriben lo que sienten en su música, una lo hace de forma sencilla, la otra mucho más extravagante, pero es lo que son al fin y al cabo; las dos dejan todo en el escenario (cantan en vivo, por cierto), y del trato a los fans no se diga, aunque las posibilidades de acercamiento no son las mismas, las dos saben que sin ellos no estarían donde hoy. Lady Gaga es la extravagancia retorcida, pero Stefani Germanotta es la persona más asentada con los pies en la Tierra. Ambas orgullosas ganadoras del gramófono dorado en más de una ocasión. Tal vez un día escriba sobre ese tema, hoy ya fue suficiente (casi un exceso, si llegaste hasta aquí… GRACIAS).
En fin, lo cierto es que es preferible decir “no me gusta Lady Gaga (o Madonna, o Britney Spears, o quien sea) por la misma razón que no me gusta el color azul, porque no es ni verde ni negro; porque no, y punto” a prestarse a un juego que de por medio lleva las de perder, y es que una cosa es cierta, el éxito (¿verdad Justin Bieber?) no se cuestiona.