sábado, 18 de junio de 2011

Si lo sabe Dios...

Cada quien cuenta cómo le va en la feria”, recita el dicho. En la cuestión de salir del armario existen detalles generales que se pueden rescatar antes que venga Guadalupe Loaeza:

  • Puedes comenzar por decirlo a tus amistades, antes que a tu familia, probablemente ellos visualicen tu situación, dado que te conocen o pudieran también conocer a tu familia, y te ayuden en los siguientes pasos, que no tienen que ser inmediatos.
  • Elige un momento adecuado, POR FAVOR NO Navidad, Año Nuevo, cumpleaños, 10 de Mayo, o cualquier otra ocasión familiar especial. Si quieres reunir a tu familia puedes convocar a un evento exclusivo para tu declaración, aunque tampoco es necesario que se lo digas a toda tu familia de un jalón, quizá lo ideal sea comenzar con aquellos familiares que tú sientas cercanos (ellos no necesariamente son tus Padres). Sin maximizar la situación, cuando eliges una fecha especial para tu familia, aunque no quieras, ése día será recordado sólo por tu participación más que por la ocasión en sí.
  • No respondas a provocaciones que hagan precipitar tu salida. El salir del closet requiere de serenidad. Si la gente a tu alrededor presiona para hacerte confesar, aguanta, nadie puede obligarte a decir algo que no quieres o para lo que no estás preparado. Dales el avión ;-)
  • Si tu familia te ofrece (o tú mismo pides) ayuda psicológica personal o en grupo, está bien siempre y cuando ésta sea verdaderamente profesional, RESPETE tu homosexualidad y NO pretenda cambiarla; incluso si se trata de algún tipo de consejero espiritual de tu confianza. Si te encuentras frente a alguien que busca “corregir” tu condición, y peor aún, te hace sentir culpable y menospreciado, cambia de terapeuta INMEDIATAMENTE.
  • Prepárate para todo: nunca anticipes la reacción de tu familia. En mi experiencia he visto casos de personas que esperaban comprensión y aceptación de los suyos, y terminaron en la calle. De igual forma, he platicado con gente que esperaba la peor reacción de su familia y en cambio recibieron todo el apoyo, cariño, aceptación, y comprensión que se debe.
  • Si la reacción de tu familia no es la más adecuada, ten paciencia, para ellos pudo haber sido igual de difícil que para ti. Pero si la situación es insostenible, lo mejor es que pienses en cambiar de vivienda, no será fácil (sobre todo si eres menor de edad), sin embargo, existen grupos de ayuda con casas que reciben a personas en tu misma situación; ojalá no llegues a este escenario.
  • Un (mal) consejo personal: si no estás seguro de poder enfrentar la situación con tu familia y no eres autosuficiente, mejor espera a valerte por ti mismo, por si las dudas, a menos que estés dispuesto a renunciar a la (cómoda) vida que llevas.
  • Lo más importante es la auto-aceptación, es decir, salir de tu propio closet interno. Si no quieres que los demás sepan acerca de tu homosexualidad, no lo digas, es tu decisión y es muy respetable. Realmente preocupante es que tú mismo te niegues a tu propia condición; el autoengaño es la peor trampa en la que se puede caer, lleva a la doble vida, y ésta termina convirtiéndose en un infierno que daña a terceros.


Recuerda: La homosexualidad es una condición innata, determinada por una serie de combinaciones genéticas seleccionadas a través de millones de años de Evolución, no es enfermedad, mucho menos se contagia, y es tan natural como el color de ojos, el tipo de cabello, o el tono de la piel. Si decides vivir tu homosexualidad abierta y plenamente es porque eres muy valiente y eso te convierte en una persona aún más especial, fuerte y preparada para enfrentarte a una sociedad que avanza lentamente hacia la tolerancia, el respeto y la igualdad.

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