martes, 21 de diciembre de 2010

A un año de #matrimoniodf

Cuando en el otoño del 2006 se aprobaron las primeras reformas que mi memoria me permite registrar, dando legalidad a las parejas homosexuales en las denominadas Sociedades de Convivencia, me recuerdo haber recibido la noticia a través de la llamada de uno de mis más cercanos amigos, y dije “¿te imaginas cuando se aprueben los matrimonios? eso nosotros ya no lo vamos a ver” estampando en mis palabras un aire de lejanía temporal, asumiendo que los cambios en países como éste son paulatinos, y más si se trata de tocar aquellos puntos en los que la sociedad aún es, algunas veces,  de estrecho criterio y ampliamente influenciada por sus ideas religiosas o, peor aún, pseudo-ciencia igualmente malintencionada para esos fines.
Así, desde mi perspectiva hubo una calma al respecto los tres años posteriores, ni si quiera se alcanzaba a divisar una intención por seguir en el camino legislativo, las marchas del Orgullo Gay en la Ciudad de México continuaron con todas aquellas exigencias que desde hacía 30 años habían estado pronunciando: derechos iguales a lesbianas y homosexuales, matrimonio universal o igualitario, alto a la homofóbia, Estado laico. No puedo asegurar que no hubiese en tiempos electorales algún candidato que prometiese retomar el camino hacia el objetivo del matrimonio gay, la verdad es que de haberlo en aquel entonces ni si quiera hubiera podido elegirlo al no ser legalmente un ciudadano, y mucho menos hacer uso de la libertad prometida.
Las elecciones del 2009 trajeron nuevos aires a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), en ese otoño se prometió sacar la reforma correspondiente para antes de terminar el periodo legislativo, el 2009 no se iría sin tener Matrimonio Gay en la Ciudad de México.
Recuerdo que aquel Lunes 21 de Diciembre del 2009, nos encontrábamos un grupo de integrantes de la comunidad LGBT del lado derecho, viendo de frente a la entrada principal del edificio de la ALDF, si mis cálculos no me engañaron éramos no más de 50 personas sentados en las escalinatas y alrededor de un pequeño templete tratando de seguir lo que dentro acontecía. Esa imagen al principio me causó cierta decepción; ¿cómo era posible que en un día tan importante para nuestra comunidad hubiese solo 50 personas manifestándose en la ALDF? ¿dónde estaban los otros cientos de miles reportados como asistentes a la marcha del Orgullo Gay de ese año? ¿qué están haciendo ahora los miles de chav@s que todos los fines de semana se reúnen en antros y bares de la Zona Rosa? ¿se habrán enterado de lo que hoy se está discutiendo? En ese momento supe que si mi deseo es adentrarme en el activismo LGBT para hacer algo por mi comunidad, frecuentemente me encontraría con tales escenarios. Sin embargo no podía quejarme, del lado contrario a nuestra ubicación un grupo de no más de 10 opositores conservadores también se manifestaba (mal de muchos… ¡vaya!) con pancartas que se limitaban a hojas tamaño carta y consignas que tuve que ponerme frente a uno de ellos para entender lo que decían; proporción que auguraba lo que dentro ocurriría.
No podría describir qué fue lo que al interior de la ALDF se efectuó, sencillamente no estaba ahí; solo imagino a los partidos políticos de derecha declarando lo que todavía hoy año 2010, pleno Siglo XXI, 3er milenio de nuestra Era, se sigue escuchando: uniones naturales de un tipo, antinaturales de otro, aberraciones, atentados, Dios, planes Divinos, y otras dudando del soporte jurídico mismo de las reformas. Los legisladores convencidos de la importancia, trascendencia, y urgencia de estas modificaciones a la Ley simplemente defendieron bajo la premisa sencilla de que todos somos iguales y debemos gozar de completa libertad sobre nuestra vida, y el cómo y con quién queremos vivirla.
Sabíamos que la aprobación del Matrimonio Homosexual no era (ni es) el fin del camino, por un lado el 2010 significó un año de lucha jurídica en el máximo tribunal de México, batalla bien librada gracias a la perseverancia de los impulsores de la reforma, y al acercado análisis y discusión de los propios ministros de la corte que dieron el aval final no sólo al derecho que los ciudadanos del D. F. tenemos de contraer matrimonio con quien así lo queramos y que éste sea reconocido en todo el territorio Nacional, también la total posibilidad de extender nuestra familia haciéndole efectivo el derecho a la misma a un menor que no la tiene. Y por el otro, todavía no se puede estar satisfecho en la lucha LGBT; la discusión del Matrimonio Igualitario en el D. F. evidenció más una realidad ya conocida, la homofóbia que ministros de culto religioso transmiten cada semana a la sociedad, peor aún, la homofóbia e ignorancia que mandatarios Estatales justifican con ideas retrógradas fundamentadas en la ambigüedad de la religión, pretendiendo curar una enfermedad que solo existe en sus cuadradas mentes, y apoyadas por declaraciones y comentarios de pseudo-profesionales de la Comunicación en los medios, y cuyas consecuencias se siguen reportando: crímenes de odio, rechazo, exclusión, discriminación, estigmatización, prejuicios, en fin; sin contar las deudas que los servicios de Salud en atención al VIH respecta.
Un aniversario encaminado por la lucha, perseverancia y convicción de cientos de activistas y organizaciones comprometidos con los LGBTs desde décadas. Es cierto, de hace 40 años a hoy las cosas han cambiado, se puede caminar con cierta tranquilidad por las calles de la mano de tu homopareja, dar muestras de afecto con relativa libertad entre otras cosas que en los años 70s hubiera sido un suicidio el hacerlo públicamente. Pero aún cuando nuestras familias son reconocidas ante la Ley todavía el cambio social no se hace del todo visible, todavía no traspasamos totalmente el ghetto de la Zona Rosa o del Distrito Federal, ir a Toluca simplemente y manifestar tu identidad sexual puede significar el acoso gubernamental. No se si lo vea, no se si me toque, pero cuando la educación con información clara, completa y veraz logre cambiar el orden de las fibras que hilan las ideas erróneamente arraigadas de nuestra sociedad se contemplarán los logros del #matrimoniodf, del #matrimoniomex.


El primero

Los nacimientos de pronto llegan a ser algo caprichosos, unos se adelantan, otros se retrasan, unos se planean, otros simplemente sorprenden. Del 24 de Noviembre pasó al 1 de Diciembre, y después al 1 de Enero (bastante cursi ¿no?)

Y aquí estamos ya, escribiendo nuestra primera entrada a este sitio que bien a bien no sé exactamente qué contendrá; es de esos espacios que uno encuentra que parecieran un caos en la dirección que guardan, y sin embargo, se vislumbra una clara delineación de personalidad, idea, convicción, estilo.

Así que no puedo decir ahora la clase de escritos que aquí se hallarán, el tiempo, las circunstancias, los intereses y hasta el humor de cada día podrá influir en lo que aquí se guardará. Lo que definitivamente busco es que sirva de algo, en principio para mi (digo...) y ya si algun@ siente cierta identificación entonces sean bienvenidos a conformar una familia de opiniones, críticas y puntos de vista.

En fin, tanto para una simple introducción... mejor... pasen.