miércoles, 16 de febrero de 2011

La Inmaculada Concepción Gay (o: Sobre la generación bipaternal de individuos).

Siendo este el primer post científico que escribo, es para mí de particular satisfacción que sea además relacionado con la causa LGBT que mucho me agrada ocupar. Es importante advertir que, como notarán conforme lean, he sustituido la palabra “natural” y todo lo relacionado con ella, por la palabra “silvestre” misma que se utiliza en áreas como la genética para denotar una condición existente de forma inherente en los individuos, en su medio ambiente; si lo hago así es con el único fin de no dar lugar a interpretaciones erróneas o malintencionadas de aquello que intento explicar. Y en éste sentido, he tratado de ser lo más claro posible, omitiendo lenguaje científico rebuscado, e intentando evitar la menor confusión, lo cual incluye omitir enredosos métodos y técnicas de laboratorio a detalle. De cualquier forma, quedo a su disposición para cualquier duda surgida.

De manera silvestre, en todos los seres vivos sexuados, entre ellos los mamíferos, la unión de las células sexuales masculina y femenina, tiene la consecuencia inmediata del desarrollo de un nuevo individuo que comparte la información genética de ambos padres y que ha sido barajeada desde sus antecesores confiriéndole todas las propiedades que, de manera general, influirán en su desarrollo, supervivencia y reproducción. La determinación del sexo en los mamíferos está dada bajo el sistema XY. Una combinación XX origina una hembra, mientras que una combinación XY se desarrollará en un macho.
La Biología de la Reproducción, en especial aquella relacionada con la reproducción asistida ha tenido grandes avances en las últimas décadas; la inseminación artificial o la fecundación in vitro que le valió el Premio Nobel de Medicina en 2010 al Doctor Robert Edwards, han contribuido a que miles de personas que por alguna circunstancia no han logrado procrear, hoy puedan convertirse en Padres. Sin embargo, en estos casos siempre se trató de la recreación in vitro de procesos silvestres, los cuales derivan de la unión de una hembra (y su gameto) con un macho (y su gameto). De manera general podría decirse que el requisito esencial para la concepción de un nuevo individuo es la unión de los genomas haploides (n) provenientes de dos individuos sin importar si éstos son de diferente sexo o del mismo sexo, para formar un individuo diploide (2n) con la potencialidad de desarrollarse perfectamente.
La idea de conseguir la reproducción asistida utilizando una pareja de gametos homosexuales (homosexual en el sentido estricto: del mismo sexo “genético” es decir, espermatozoide + espermatozoide u óvulo + óvulo), no había sido contemplada hasta el año 2004 mediante la transferencia del núcleo celular (lugar donde se guarda el material genético: ADN) de oocitos (células precursoras de los óvulos) de rata hembra incompletamente desarrollados y con ciertas características genéticas que permitieron la fusión exitosa de los genomas, dentro de oocitos completamente desarrollados; a diferencia del proceso de clonación, a la célula receptora NO se la ha removido el núcleo, por lo tanto la información genética además de estar en dos copias, es decir, es diploide o 2n, proviene de dos individuos distintos; y el desarrollo de los individuos generados es relativamente normal, difiriendo poco en la expresión génica (“calidad de vida”) y longevidad  de aquellos individuos generados silvestremente.
Dos ratas macho genéticamente (XY) pueden generar progenie viable de forma silvestre si uno de ellos, ha experimentado reversión sexual, es decir, un macho que ha perdido el cromosoma Y (ahora es X0) se desarrolla como hembra; y es fértil, de hecho, a veces durante el proceso de gemetogénesis (producción de células sexuales; espermatozoides u óvulos, según el caso) se observa la producción de oocitos dentro de los testículos de machos XY, sin embargo, estos no persisten en la edad adulta como para someterse a una fecundación.
El pasado 8 de Diciembre de 2010 (día de la Inmaculada Concepción, curiosamente) la prensa reportó el trabajo publicado en el Journal Of Reproduction Biology donde científicos encabezados por el Doctor Jian Min Deng de la Universidad de Texas lograron la concepción de ratones ésta vez provenientes de la unión de dos gametos homosexuales (de nuevo, en sentido estricto) masculinos.
En ambos casos, generación bi-maternal o bi-paternal, no se trata simplemente de unir un óvulo con otro óvulo, o un espermatozoide con otro espermatozoide; existen restricciones biológicas derivadas del mismo proceso de gametogénsis que influyen en el proceso de fecundación y desarrollo embrionario.
Mediante dos estrategias se aprovechó la reversión sexual de los ratones y la pluripotencialidad de ciertas células, es decir la capacidad de una célula para diferenciarse en cualquier tipo de célula, por ejemplo, las células madre son pluripotenciales porque pueden diferenciarse en hepatocitos (células del hígado) o en eritrocitos (glóbulos rojos) según se requiera en el organismo (en este caso, óvulos); y así generar o transitar un proceso de gametogénesis propio de oositos, eliminando con esto las restricciones epigenéticas mencionadas; los cuales pueden ser finalmente fecundados por cualquier espermatozoide. En una de las estrategias no es posible la preservación del individuo después del procedimiento, en la otra sí. En ambos casos los ratones generados (hijos) son aparentemente normales. He escuchado en un medio que ha difundido la noticia, la observación de que estos individuos son propensos a Cáncer, el reporte del trabajo NO SEÑALA TAL CONSECUENCIA; quiero pensar que éste ha sido un error de prensa, como suele haber (y muchos, más en ciencia) y no una clara y deliberada intención de crear una idea negativa de este avance científico. Es muy importante aclarar que los investigadores tuvieron la certeza de que estos hijos fueron producto de la unión de los genomas bi-paternos por presentar una coloración particular de pelo, entre otras características genéticas moleculares, que ellos eligieron para ser rastreadas durante del proceso y en el momento de la obtención de resultados finales de manera que se descartara toda “contaminación femenina”.
Lo cierto es que para que estos procedimientos puedan realizarse en el ser humano todavía existen alunas barreas biológicas, y en consecuencia, restricciones tecnológicas; más allá de las implicaciones bioéticas (ambiguas, relativas, subjetivas, pero ahí están). En principio, un individuo humano X0 suele ser letal, y cuando éste llega a desarrollarse lo hace bajo el Síndrome de Turner, siendo la infertilidad una de sus características (aunque los mismos científicos han propuesto soluciones).  Además, el avance de estas técnicas se reduce sólo a los procesos de fecundación y primeros estadios de desarrollo embrionario; actualmente no hay de otra, forzosamente se necesita de un útero que geste al nuevo individuo.
En alguna ocasión, conversando con uno de mis más cercanos amigos me dijo: “si él y yo tenemos un hijo, tendría que ser o mío o de él”. La primera ventaja de estos procedimientos es que dos hombres pueden tener un hijo de ambos, es decir, que tenga información genética tanto de uno, como del otro. Descartar el desarrollo de ciertas enfermedades es otra monería que tiene esta cajita. Y mis amigas lesbianas no se sientan menospreciadas, porque también se propone un procedimiento complementario para “espermatizar” a una célula femenina y generar así también individuos genéticamente bi-maternales.
Datos de la UNICEF indican que tan sólo en México existen más de 1.5 millones de niños huérfanos, además de promover una cultura de la adopción en general, en el Distrito Federal se ha hecho un gran trabajo para ampliar el derecho de un menor a un hogar al extender la posibilidad de adopción a parejas del mismo sexo, aprovechemos pues estos alcances de la igualdad jurídica para ofrecerle a un pequeño la oportunidad de crecer en un hogar, mientras el futuro nos alcanza.

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