miércoles, 5 de enero de 2011

“México se escribe con J: Una historia de la cultura gay”: Reseñas, críticas, impresiones y humildes opiniones.

En ningún otro lugar pude haber hallado mejor material acerca de la llamada, y debatida, “cultura gay” mexicana más que en una librería de nuestro centro de encuentro, esparcimiento y “conbebencia” por excelencia: la Zona Rosa de la Ciudad de México; en una de mis tantas caminatas me encontré en el aparador de una librería esta publicación que no dudé en adquirir.

Aventurada, arriesgada y seguramente agotadora tanto como gratificante la labor de Michael Schuessler y Miguel Capistrán en compilar una serie de escritos que describen lo que han considerado como nuestra cultura gay local, y no es que en la provincia definitivamente nunca se hubiese desarrollado tal, sino que, como ocurre en tantos otros casos (negocios e investigación, por ejemplo), la muestra de la capital es representativa de toda la Nación también para el caso de la cultura homosexual masculina y sus representaciones.
El prólogo de Luis Zapata lleva en él un tono por demás característico del gay, beh!... las cosas por su nombre: del joto; y es que el tono sarcástico, soberbio, pero a la vez sustancioso con el que describe un panorama muy general de la homocultura mexicana a partir de lo que él llama “mi vida como gay” hace que de pronto uno como lector sienta la confianza de encontrarse en su ambiente, es decir, gente que ha salido de nuestra comunidad y que se ha desarrollado en diferentes áreas nos viene a contar lo que en cada una de ellas, nosotros los gays, hemos aportado en un ejercicio con un toque retroalimentativo: aportamos a la cultura o área en general, y enriquecemos nuestra propia cultura. Así mismo, los textos introductivos de los coordinadores antes mencionados resultan de ayuda valiosa para entender mejor lo que cada autor desarrollará individualmente, con conceptos, términos, contextos, etc., que permiten integrar mejor el trabajo que si nos la dejan ir de tajón.
No veo sentido de hacer una reseña y critica particular de cada ensayo contenido en el libro, en primera porque al tratarse individualmente de un aspecto o área determinada de representación de la cultura gay mexicana entraría en un soberbio juego al pretender juzgar algo para lo cual no tengo la preparación profesional, así que me limito sólo a lo que mi impresión de lector, y de lector gay (dicho sea de paso) me ha provocado el revisar este trabajo.
Me parece que de pronto la gente que ha participado con sus ensayos llega a caer en la arrogancia, prepotencia, soberbia, orgullo en su intento por describir (y escribir) lo que a su área concierne. Quiero pensar que este grupo de autores fue elegido por que representan a los especialistas en estas áreas, y su trayectoria los hace referencia obligada. Sin embargo, creo que si el objetivo es divulgar la aportación gay a cada una de estas áreas, debió ser necesario insistir en el uso de un lenguaje y estilo literario adecuado para el fin, y no tratar al lector como si fuese 1) experto como ellos en el tema abordado, y 2) homosexual de antemano. Considero que se debió homologar un poco el estilo, respetando, obviamente, la individualidad de cada participante, pero siempre dirigiéndolo hacia una clara transmisión de las ideas y conceptos esenciales para la compresión e integración de la cultura gay mexicana, sobre todo tratándose de un primer trabajo al respecto.
Ensayos que a su servidor gustaron: “Del escarnio a la celebración” por Víctor Federico Torres, “Los gays en la fotografía mexicana” de David Torrez, “El éxtasis a una identidad del deseo” por Tareke Ortiz y Nayar Rivera, “Tele marica” de Álvaro Cueva, y “La noche al margen” por Juan Carlos Bautista. Exageradamente sintéticos los ensayos “Soy lesbiana soy hermosa” de Braulio Peralta, y “Breve relación del videoarte gay” por Víctor Jaramillo.
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Tengo claro que al abarcar a toda la cultura gay del país rastreándola también en el tiempo es prácticamente imposible, más lo es comprimirla en un libro, sin embargo, me parece que se dejan muy al aire ciertas cuestiones, cada autor ha escrito lo que a su consideración es lo importante, a veces algunos se han desviado del tema central, o han llenado su escrito con una visión introductoria de toda el área cultural que como lector uno se pregunta ¿y cuándo llegaremos a la parte gay? Lo mismo se redunda mucho; es cierto que hay acontecimientos como la redada de los 41, y personajes como Salvador Novo que dan para un libro entero por sí solos, pero me parece que era tarea de los coordinadores el armar este rompecabezas lo más coherentemente (y hasta didácticamente) posible de una manera que no se cayeran ni en redundancias y contradicciones, tampoco obviando ideas; y eso no significa denigrar la idea central de cada ensayo o la expresión de sus autores.
Dos señalamientos puntuales. 1) el ensayo “Por el derecho a los derechos” de Alejandro Brito es un texto de 2003, ni si quiera se habían alcanzado las reformas que establecen las Sociedades de Convivencia ¿cómo es que no se hizo el esfuerzo por actualizar la lucha y los logros LGBTs al periodo 2006 – 2010, tiempo en el que se alcanzó el derecho al Matrimonio y la posibilidad de adopción homoparental? Y 2) Nada en contra de Tito Vasconcelos pero el leer que el Cabare-tito es el lugar que “mejor representa a la generación gay actual […] se habla ya de una generación Cabare-tito” son de esas frases que lo hacen a uno escupir el café… Juan Bautista debe acercarse un poquito más a la chamacada; siento cierta sobreestimación dada la estructura materialista y banal de la juventud gay actual, pero los cambios que él augura nosotros impulsaremos están por verse, ojalá y el que se equivoque sea yo.
“México se escribe con J” representa el tronco básico para acercarse a la cultura gay mexicana, a partir de sus páginas uno puede hacer una lista de obras de su interés y profundizar en el área que mayor identificación le produzca (yo por ejemplo, ya tengo mi lista de novelas). Un trabajo que nos ha permitido asomarnos y darnos cuenta que aquí hemos estado participando activamente de maneras distintas en las diferentes épocas del país. Un libro que invita a la continuación, al seguimiento por parte de los otros grupos que integran la Diversidad Sexual. Un libro obligado para el meJicano.

2 comentarios:

  1. Mau: Gracias por tus sinceros y por eso valiosos comentarios. Fue realmente difícil armar este libro y es, en realidad, un primer intento para entrar, digamos, en materia. Ojalá y otros sigan la pauta y nos den otras visiones e interpretaciones de la vida cultural gay en México. Saludos, Michael Schuessler

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  2. Muchas gracias por darse el tiempo de leer lo aquí escrito, y por dejar su comentario. De verdad disfruté mucho leer este libro.

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